Chi si ferma é perduto

Siempre ha sido una de las frases preferida de mi entrenador, Claudio Valisa. Lo decía en plan de broma pero era un toque de atención para cuando nos mandaba a hacer largos fuera de las pistas y no podía controlarnos en cada momento. Nos repartía por grupos, y en cada uno de ellos procuraba que hubiera por lo menos un par de atletas capaces de animar a los más vaguillos para que no pillaran semaforos u otros "obstacúlos" como excusas para parar durante el entreno.
Y también la usaba mucho mi padre, aunque haya sido uno de los hombres mas antideportivo que he conocido en mi vida: para él el máximo de la actividad deportiva era ver el partido de la Juventus que echaban el domingo por la tarde. Recuerdo que pedirle y sobre todo convencerle a que nos llevara en coche a los pueblos alrededor de Milán para disputar un cross o una carrera en pista era tarea ardua y casi peligrosa. A menudo acababa llevandonos algún vecino, aunque por suerte el equipo por el cual corría, la entonces gloriosa "Societá Sportiva Snam", organizaba mini-bus para los desplazamientos.
Y hoy, a distancia de más de 25 años, esta frase me está volviendo a la cabeza casi cada día.
Resulta que trás la Mitja de Granollers no había vuelto a correr: el dolor en la rodilla izq era demasiado fuerte y demasiado similar a lo que hace justo un año me llevó a 3 meses de parón y rehabilitación diaria.
Me había apuntado al gimnasio y al ver que la eliptica no me molestaba sino hasta me hacía pasar el dolor, ya estaba resignada en pasar los próximos meses encerrada y volver a pisar calle bien entrada la primavera.
Mientras tanto, para amenizar los primeros días de parón, me pillé un resfriado que se transformó en gripe y me regaló 3 días con fiebre a 38,5º sin por esto dejar de ir a currar todos los días. Llevaba más de 10 años sin pillar un resfriado y no sabía ni que tomar para aliviar las sintomas.
Pero el domingo acompañé Jon a la cursa de Badalona y tuve la suerte de coincidir con unos cuantos Runnes y unos cuantos RedRunners.
Pasé de la alegría y los ánimos a todos ellos, a la depresión, otra vez a la alegría y otra vez a la envidia. Mientras, debido al día encapotado y húmedo, la rodilla cantaba en chino. Una vez en casa me vine abajo, como ya me pasaba muchas veces en 2011
Pero la semilla de la idea de correr la Mitja de Barcelona   ya se había plantado en mi cabeza .....
Lunes amaneció sin dolor, el día soleado y la temperatura mite. Estuve trabajando todo el día con un ojo fuera de la ventana y una gana loca de ir a trotar, o por lo menos intentarlo.
Dicho, hecho. Cumplí sin problema con un entrenillo de poco menos de 6k , a ritmo digno y con la rodillla que sólo mandaba señales de ligera molestia. Al parar, empezó a doler algo mas pero nada que no se fuera con una buena sesión de stretching y pomada efecto frío. Tumbada en el sofa mirando algo de tele me puse hielo y me fui a la cama sin dolor.
Martes me desperté como si no tuviera rodillas, ninguna molestia y así por todo el día. Me fui al gimnasio y trás unos 30' de eliptica hice mi tabla de pesas para las piernas y algo para hombros y espalda.
Hoy tenía previsto, si no iba a aparecer dolor, hacer por lo menos unos 9K, sin forzar aunque ahora que no puedo si que me gustaría hacer los tan odiados bloques de 3000m en progresión que me manda Jon.
Pero tengo que tomarmelo con calma: si finalmente correré el domingo que viene, me conformo con acabarla de manera digna, diría yo, si posible, con un sub 1h40'. Por lo menos sería una manera para salvar la Challenge 21K de la Diputació de Barcelona (puntúan 6 medios maratones y he corrido 5)
De todos modos misión cumplida, han caído 9k y pico con un par de ellos a buen ritmo Garmin Track  
Ahora los semaforos son mis enemigos, si paro me empieza a doler (chi si ferma é perduto), aunque al final del entreno, habiendo estirado enseguida y trás una decena de ejercicios como los que hacía hace un año en las sesiones de rehabilitación, no tengo ninguna molestia.
He puesto mi pomada efecto frío y hielo una media horita.
Soy optimista, cruzo dedos y mañana más gimnasio.
Viernes último entreno antes de la carrera del domingo.
Luego decidiré si parar unas semanas aprovechando que no tengo objetivos a corto plazo, siempre siguiendo con el gimnasio.
Prometo que si duele, paro. Pero si mimando mis músculos y articulaciones puedo seguir corriendo, seré la chica más contenta del mundo